jueves, 30 de septiembre de 2010

LEON UNA CIUDAD MAGICA



Como si el tiempo estuviera detenido. Sus calles y viejas casas guardan una acogedora bienvenida a los turistas que se dejan envolver por esta colonial ciudad nicaragüense, dilecta del escritor Rubén Darío, padre del modernismo, y escenario de grandes acontecimientos en la historia de este país centroamericano.

León, parece intacta al paso del tiempo. Su cálido ambiente, tranquilidad e historia no dejan de impactar a centenares de turistas que a diario visitan la pintoresca ciudad y se deslumbran con su antigua e imponente catedral.

La ciudad es destino obligado como parte de la oferta turística de Nicaragua, mantiene casi intacto su estilo colonial que atrae, en una primera vista, a centenares de turistas principalmente de Estados Unidos y Europa.

Sus actuales calles pavimentadas contrastan con la arquitectura de sus antiguas y ventiladas casas coloniales y con su casi veintena de iglesias, entre ellas la Catedral, consagrada a la Asunción de María.

Darío  inmortalizó en su poema “Retorno” a la pujante ciudad: “Si pequeña es la Patria, uno grande la sueña (…)”. “…Mis ilusiones, y mis deseos, y mis esperanzas, me dicen que no hay patria pequeña. Y León es hoy a mí como Roma o París”

León también es afamada como una de las ciudades más seguras de Nicaragua que permite, por lo menos en las principales calles cercanas al parque, caminar sin problemas incluso en horas de la madrugada.

Esta calma, su innata belleza arquitectónica y el cálido ambiente hacen que los días en la ciudad pasen imperceptibles, como si el tiempo -que marca a cada hora el reloj de catedral- se detuviera.

“Ni por todo el oro del mundo, no cambiaría a mi León, pues lo quiero con amor profundo y es el cerebro de toda mi nación”

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